Hace 21 años, dos amigos maravillados por el encanto de Guápulo decidimos embarcarnos en esta aventura llamada Ananké.

 

A partir de ese momento, gracias a la experiencia y conocimientos adquiridos, al esfuerzo de nuestro gran equipo y a la fidelidad de nuestros amigos y clientes, hemos conseguido ser uno de los restaurantes más queridos de Quito.

 

Evolucionamos hacia lo que nos parece nuestro y auténtico para seguir en este arte de cocinar para ustedes, con excelentes productos frescos y de diferentes partes del Ecuador.

 

Nuestras manos y el querido horno de leña son los protagonistas de una filosofía que refleja nuestra carta.

Hacemos la cocina que nos gusta, respetando a los ingredientes y manteniendo las influencias de un barrio como Guápulo.